En los últimos veinticinco años, la
región Chaqueña ha experimentado
intensos cambios, relacionados con los procesos de expansión de la frontera
agrícola y de intensificación de la actividad ganadera, en detrimento de la
superficie de bosques, la biodiversidad y los servicios ambientales que éstos
aportan. Paralelamente a estos cambios, resisten en los territorios del
interior de la región, diversas agriculturas familiares, dedicadas a una
producción agropecuaria diversificada, con destino mayoritario al autoconsumo
familiar, con bajos niveles de productividad pero con tecnología y
conocimientos propios, así como un arraigamiento sociocultural e histórico al
lugar donde habitan.
En cuanto a las características
industriales de la región, existe una cadena productiva de la madera y del
mueble, compuesta básicamente por PyMES familiares que, a pesar de su bajo
nivel tecnológico y de aprovechamiento de la materia prima, representan una
importante fuente de ocupación de mano de obra y por ende de retención de
población en las pequeñas poblaciones rurales de la región. Este sector foresto-industrial
basa su abastecimiento principalmente en el aprovechamiento de maderas de
bosques nativos, principalmente el algarrobo para aserrío, por lo que su
extracción continua pone en riesgo la sustentabilidad del recurso.
Es entonces momento de dar
respuesta a las presiones sobre los bosques y tierras forestales, con acciones
concretas orientadas tanto a la puesta en valor y protección de los recursos
forestales como al desarrollo de sus potencialidades productivas, en un marco
de sustentabilidad ambiental y equidad social. Con este propósito surge el
Programa Nacional del Algarrobo, que se propone coordinar y potenciar las
políticas estatales e iniciativas privadas en marcha o a implementar
principalmente en el Parque Chaqueño, que promuevan sistemas productivos con
criterios de sustentabilidad que involucren el componente forestal y favorezcan
la recuperación de los recursos nativos, mediante el establecimiento de
plantaciones forestales de algarrobo, la promoción de actividades de
enriquecimiento y de esquemas productivos silvopastoriles la promoción de
prácticas silviculturales sustentables que generen un incremento sustantivo de
la oferta de madera rolliza de cultivo, favorezcan la valorización de la
producción forestal y garanticen la continuidad de la oferta de materia prima
para las pequeñas industrias de la madera. De esta manera se busca promover la
generación de empleos calificados a nivel regional, la inclusión social y el afianzamiento de los pobladores en las
pequeñas localidades del interior, contribuyendo así a reducir los procesos de
migración de la población rural hacia las ciudades.
Así mismo, a la posibilidad de
provisión de madera de calidad por parte
de los algarrobos, debe agregarse su capacidad de producción de fruto para
consumo animal y humano, presentándose como elemento estructurador de sistemas
silvopastoriles y agroforestales representando una de las más importantes
alternativas productivas desde el punto de vista de la sustentabilidad.
El elemento central del Programa
Nacional del Algarrobo consiste en establecer y/o facilitar la comunicación
entre todos los actores vinculados al sector, generar compromisos entre los
mismos y promover el trabajo articulado en equipo, con el objetivo de fomentar
el desarrollo de la cadena productiva del algarrobo, procurar mejorar la
calidad de vida de los sectores más vulnerables, contribuyendo a la estabilidad
y sostenibilidad de la misma.
Es así como consideramos
indispensable la participación en este proyecto colectivo, de toda persona,
institución y/o empresa que quiera sumar su esfuerzo y compromiso para
establecer objetivos y metas en consenso, con la finalidad de impulsar el
desarrollo regional socialmente equitativo
y ambientalmente sustentable.